miércoles, 2 de julio de 2008

Declaración de Principios

Fracaso del modelo conservador-liberal y del modelo populista-corporativista

El Partido Capitalista Revolucionario nace como una idea de largo plazo incompatible con casi todas las ideas e intereses que hoy determinan nuestro presente. Por eso es de esperar que genere resistencia desde todo el espectro ideológico y de poder. Para abrazarlo hay que estar dispuesto a pensar a la Argentina y el mundo en el 2030 y estar dispuesto a construir un proyecto cuyos mayores beneficios podrán apreciarse recién en 20 años.

El Partido Capitalista Revolucionario rechaza tanto los modelos conservador-liberal como el populista-corporativista, y se propone convencer acerca de nuevas reglas de juego que permitan superar, desde el capitalismo, el péndulo siniestro entre las dictaduras “liberales” y los fascismos “progres”. Alabados aquellos que quieran terminar con ese péndulo desde el socialismo. Nosotros lo proponemos desde el capitalismo sin enemigos, con respeto y con el sincero deseo de concensuar ciertas políticas de estado con todos los que desde la derecha democrática a la izquierda democrática participen de la competencia del poder.


Libertad en Igualdad de Oportunidades

El principal objetivo del Partido Capitalista Revolucionario es lograr imponer un sistema de convivencia entre los argentinos que permita a cada uno elegir y construir por si mismo una vida digna. La construcción de un sistema que otorgue y garantice igualdad de oportunidades, y el reconocimiento y respeto por el esfuerzo, el trabajo y la creatividad de cada uno.

Un sistema individualista en cuanto a la protección y promoción del derecho de cada uno de elegir y construir por ellos mismos su destino, su vida, su trabajo y sus bienes; y solidario en cuanto a la protección y promoción del derecho de cada argentino de contar con las mismas oportunidades que los demás, para elegir y construir ese destino, ese trabajo y esa riqueza.

Para lograr esto, el Partido Capitalista Revolucionario propone una transformación social a través de un Estado que garantice prioritariamente a todas las personas menores a 18 años la educación, salud y seguridad necesarias para poder construir su destino en igualdad de condiciones con el resto de los argentinos.

Respecto de los argentinos en edad de trabajar, el Estado debe limitarse a proveer servicios de seguridad y justicia que garanticen el derecho al trabajo y al comercio, y el goce de sus frutos; y proveerles todo lo necesario para que sus hijos tengan las mismas oportunidades que los demás.

Respecto de nuestros abuelos, el Estado debe proveer todo el cuidado y solidaridad que se merecen quienes son responsables que estemos acá.

Educación

El Partido Capitalista promueve una reforma integral del sistema educativo público, particularmente en la enseñanza primaria y media. Los ejes de la reforma pasan por la uniformidad de la calidad educativa a lo largo y ancho del país, la formación y jerarquización del cuerpo docente, reforma de contenidos (por ejemplo inglés desde la primaria para alcanzar fluidez en la secundaria) para hacerlos compatibles con las exigencias de un mundo global y dependiente en lo tecnológico, pero a la misma vez diverso y plural. La escuela pública debe dar oportunidad a todos los argentinos de convertirse en los mejores. Y los estudiantes con mejores notas, cuando carentes de recursos, tendrán acceso a becas y préstamos para estudiar en la primaria, secundaria hasta la universidad, invirtiendo el Estado en su formación como futuros líderes.

La política educativa debe trabajar en construir un ambiente donde los estudiantes disfruten y valoren estudiar, y los profesores enseñen con afecto y responsabilidad. Para ello es necesario mejorar y actualizar los programas educativos, revisando sus objetivos, contenidos y métodos de enseñanza. Tales cambios deben lograrse también con el apoyo de nuevas tecnologías de enseñanza, particularmente la enseñanza a distancia.

La política argentina ha dejado hace muchas décadas de colocar a la educación a la cabeza de la agenda política. El Partido Capitalista Revolucionario busca priorizar a la educación como la principal herramienta de progreso y desarrollo social. La Argentina capitalista necesita, más que ningún otro modelo, una educación pública de primer nivel y accesible a todos los argentinos. La educación es con la salud, la herramienta principal de la igualdad de oportunidades y son los ejes de la plataforma política del Partido Capitalista Revolucionario. El Estado debe alcanzar en sus sistemas públicos de salud y educación estándares de calidad comparables con las mejores instituciones privadas, nacionales y extranjeras.

Salud y Seguridad Social

La igualdad de oportunidades requiere de un sistema de salud accesible para los argentinos de escasos recursos. Este sistema debe ser exclusivamente para ellos y no para otras personas con ingresos suficientes para solventarse sus necesidades de salud.

El partido capitalista propone limitar la demanda del sistema público de salud a aquellos argentinos de mínimos recursos, y por el lado de la oferta, llevar la calidad de los servicios básicos de salud a los estándares de las mejores instituciones médicas del país, en forma uniforme a lo largo y ancho del país.

Seguridad y Justicia

La Argentina capitalista requiere de un modelo inclusivo en que proteja la persona y la propiedad privada de todos los argentinos sin distinción entre el villero y el poderoso, o entre la casa de la villa y la casa del country. El partido capitalista propone encarar esta difícil tarea desde abajo hacia arriba; es decir, desde los que menos tienen hasta lo que más tienen.

Solidaridad

Las propuesta del Partido Capitalista para el sector de la tercera edad es reformar el actual sistema de jubilación privada otorgando a las administradoras la responsabilidad de la administración sin limitaciones ajenas al interés de los beneficiarios, pudiendo invertir en la Argentina o en el exterior sin limitaciones más que la estricta responsabilidad por la gestión de bienes ajenos.

Asimismo, se debe mantener y mejorar el actual régimen de reparto para aquellos que no hayan tenido la oportunidad de capitalización.

Federalismo

El Partido Capitalista propone otorgar jerarquía constitucional al sistema de coparticipación federal de impuestos de forma tal que cada Provincia y la Ciudad de Buenos Aires conozcan sus presupuestos de ingresos y se responsabilicen por sus gastos.

Los derechos de exportación y demás impuestos que pudiere crear el Gobierno Nacional deberán ser coparticipables en igual medida que los demás coparticipables.


Política Económica

En el ámbito de la macro economía, el partido capitalista propone un poder político fuerte que fije reglas de juego para que la propiedad privada sirva para generar riqueza en competencia, y no oligopolios o una economía diseñada en función de intereses ajenos al conjunto de los argentinos. La defensa de la competencia será el eje de la política económica del Partido Capitalista.

El fracaso económico argentino no se relaciona necesariamente con los modelos aperturistas ni con los modelos proteccionistas. El fracaso se debe al recurrente péndulo entre uno y otro modelo, cada uno con su tipo de cambio sobrevaluado o infravaluado, según el caso. Es por ello que el Partido Capitalista propone concensuar con las distintas fuerzas políticas, determinadas cuestiones de estado básicas como el manejo del tipo de cambio y la política exportadora, tendientes a uniformizar un rumbo económico que posicione a la argentina en el presente mundo globalizado y altamente competitivo.

Reforma del Estado

El partido capitalista propone una profunda reforma del Estado. Se derogará la estabilidad del empleado público, equiparándolo con el empleado privado. Se establecerán reglas de selección y remuneración comparables con las de las empresas de servicios privados. En la visión del Partido Capitalista, las regulaciones burocráticas solo sirven para alejar a los honestos y proteger a los corruptos y los parásitos. El partido capitalista propone: (i) jerarquizar substancialmente la capacitación e ingresos de los empleados públicos, particularmente de los maestros, y el personal de la salud, seguridad y justicia; (ii) otorgar una amplia discrecionalidad y responsabilidad a los funcionarios políticos, con efectivos premios y castigos por los resultados de su gestión, y una remuneración acorde con la recibida por similar tarea en el sector privado; y (iii) incorporar a las empresas privadas en la ejecución de obras y prestación de todos los servicios que presta el estado, bajo las más modernas estructuras de gestión administrativa. El estado debe diseñar políticas y las empresas privadas ejecutarlas.